Volviendo a empezar de cero
volviendo a empezar sin alma ni desconsuelo.
Haciendo vibrar montañas,
mientras miro tu balcón desde el suelo.
Cada vez que me veo solo,
sin fuerzas y antojo,
huelo el roce de tu pelo,
a ver si hacemos un retoño.
En la misma cama, amanecía.